Quizás uno de los lanzamientos más curiosos, originales y prometedores de este año es Shadow Labyrinth. ¿Quién iba a decirnos que Pac-Man protagonizaría un metroidvania? Para sorpresa de propios y extraños, esto es una realidad: el icónico comecocos pasa de los videojuegos coloridos y llenos de plataformas a una entrega oscura, misteriosa y repleta de escenarios por explorar.
La serie Secret Level ya dio una pequeña pista de Shadow Labyrinth, funcionando prácticamente como un prólogo de un proyecto que finalmente se materializó. Si recordáis el episodio en la serie de Prime Video, el protagonista habitaba en una ubicación sombría en la que debía insertar una esfera amarilla sonriente. Después de ver a Pac-Man en sus títulos clásicos, en plataformas tridimensionales e incluso en Super Smash Bros. dentro del género de lucha, ahora le toca dar el salto al metroidvania con un título que merece la pena probar.
Shadow Labyrinth narra el viaje a PACC y el espadachín nº 8
La trama de Shadow Labyrinth, producida por Katsuhiro Harada, uno de los responsables de Tekken, nos sitúa en una historia en la que el protagonista viaja en su nave espacial y es atacado por misteriosos enemigos, provocando que esta se estrelle en un planeta desconocido. De esta forma, el jugador asume el papel del espadachín nº 8, bajo el nombre de Puck, en referencia al nombre original del icónico personaje: Puck Man. Siete espadachines han caído antes que él, y ahora deberá portar la espada ESP mientras explora este enigmático lugar y derrota a numerosos enemigos.
El universo narrativo de Shadow Labyrinth no solo se centra en Pac-Man, sino que también conecta con otras sagas como Galaga, que se integran en su historia. El título introduce elementos clave, mencionando que el general Galaga fue derrotado en el planeta que se visita en el juego. No se limita únicamente a plataformas, enemigos y revisitar estancias, sino que incorpora referencias a videojuegos clásicos que aportan un fuerte factor nostálgico. Al mismo tiempo, su trama juega al despiste, mostrando diferentes rostros y personajes que iremos conociendo a lo largo de la aventura.
En términos jugables, Shadow Labyrinth no inventa un género nuevo, pero deja notar una clara inspiración en juegos como Hollow Knight. Se han introducido mecánicas que recuerdan a la obra de Team Cherry, como la exploración de estancias y combates sencillos, pero también añade ideas originales, como fases laberínticas basadas en Pac-Man y caminos donde dirigimos directamente a PACC. En estas secciones, el espadachín es absorbido por PACC y debe moverse dentro de ese lugar, pudiendo liberarse temporalmente para enfrentarse a los enemigos.
Estas mecánicas, al principio, pueden resultar algo confusas, pero la desarrolladora ha incluido un tutorial que desglosa de forma clara todos los contenidos y funciones jugables, facilitando la adaptación. Un punto que gustará a los fanáticos del género metroidvania es el frenetismo de algunos combates, que aporta un ritmo distinto frente a otras experiencias más pausadas. Además, los laberintos originales de Pac-Man encajan perfectamente, construyendo un título que reinventa el clásico al introducir habilidades de salto combinadas con movimientos de PACC. Por ejemplo, comer fantasmas en un tiempo limitado otorga recompensas e incluso permite acceder a otras secciones.
Sin embargo, aunque las ideas son buenas, chocan con algunos elementos que lastran su estructura jugable. Por ejemplo, las zonas de colisión no están del todo pulidas en los combates, por lo que no siempre queda claro cuál es la distancia correcta para evitar daño o atacar al enemigo. Este aspecto debería corregirse mediante actualizaciones para mantener el nivel de dificultad, pero haciendo más amigables las fases de acción. Lo mismo ocurre con algunos enemigos, cuyos patrones no están bien definidos, lo que puede entorpecer la experiencia.
En el apartado técnico, destaca el uso de oscuridad, penumbra y colores tenues como parte fundamental de la ambientación, un giro radical respecto a lo que se conocía de Pac-Man y que sorprendentemente le sienta muy bien. El ritmo frenético y las animaciones responden de forma correcta, acompañados de un diseño de niveles laberíntico inspirado en el arcade original y adaptado con acierto al género metroidvania. Los enemigos presentan variedad y creatividad en sus diseños y mecánicas, mientras que la banda sonora, que combina diferentes tonalidades, es el toque final que redondea la experiencia.
En conclusión
Shadow Labyrinth es un experimento arriesgado por parte de Bandai Namco, pero que ha llegado con mucho acierto. Dar un giro oscuro a Pac-Man era una apuesta complicada, pero el resultado es un metroidvania original, con una curva de dificultad bien ajustada y suficientes elementos para mantenerte enganchado a la pantalla. Si disfrutaste de Nine Sols o Hollow Knight, te lo recomendamos sin dudarlo.
*Agradecimientos a Bandai Namco por proporcionar una clve de Xbox Series para realizar este análisis.