Durante la década de los noventa, fue la época dorada de los plataformas en tres dimensiones, sobre todo en Nintendo 64 y PlayStation. Títulos como Super Mario 64 o Banjo-Kazooie fueron los que apostaron más fuerte por el género y crearon sus propios nichos con propuestas muy originales. Otros adoptaron estas ideas e impusieron las suyas, como es el caso de Glover, que regresa a las consolas de nueva generación gracias a QUByte Interactive.
Glover nos pone en el papel de un pequeño guante que pertenecía a un mago, quien accidentalmente se desprendió de él, y nuestro protagonista salió disparado desde el castillo a través de una ventana. Su otro hermano cayó en un caldero con una poción maligna que lo convirtió en un ser diabólico. La misión principal de Glover consiste en recolectar cristales, superar todo tipo de niveles, derrotar a su otra mitad y salvar al mago.
Glover regresa con su clásica premisa
Como buen juego desarrollado en los noventa, Glover nos traslada a algunos de los elementos característicos de esos títulos, como las largas cinemáticas que explican la historia. Esto quizá no guste al público general, pero será agradecido por aquellos que lo jugaron en su día y que verán que su esencia ha sido respetada al máximo. Tras esta, el videojuego ofrece varios mundos que explorar, poniendo a prueba nuestra habilidad en la recolección de objetos, las fases de plataformas donde debemos subir y bajar de nivel, y sobre todo, evitar o destruir a los diversos enemigos que aparecen.
Una de sus peculiaridades es la forma de controlar a Glover, utilizando una pelota que debe acompañarlo todo el tiempo. Esto limita bastante al personaje, ya que debe llevar consigo la pelota para desplazarse por los entornos. Gracias a ella, puede lanzarla, hacerla rebotar, accionar interruptores o usarla para flotar en el agua. Para completar un nivel, es necesario que la pelota llegue intacta; si se daña o rompe, se deberá reiniciar el nivel.
La pelota tiene varias formas, lo que dota al juego de mayor profundidad. Una de las formas es de gran resistencia y fuerza, por lo que al impactar con los enemigos, los derrotará. En otros casos, adoptará una forma más frágil, como el cristal. Glover se centra en superar 18 fases, distribuidas en seis mundos completamente diferenciados y tematizados. Además, si se superan con una buena puntuación, se desbloquean fases de bonificación.
Cabe destacar que Glover alcanzó buenas cifras de ventas, y se esperaba una secuela que finalmente fue cancelada. La versión de Nintendo 64 fue la más pulida y cuidada, mucho más que la de PlayStation. Desafortunadamente, el factor nostalgia es lo que juega el papel principal, y no lo que vemos con los ojos de los analistas de videojuegos. Los diseños de los niveles son monótonos y carecen de interactividad. Los controles, en muchas ocasiones, son caóticos e incluso frustrantes, ya que no responden bien a las necesidades del jugador. Además, los controles invertidos poco ayudan en esta generación.
En conclusión
Glover tiene muchas cosas buenas, pero también fallos generalizados de su época que, en la actualidad, no terminan de encajar. Es un gran plataformas en tres dimensiones, y su mecánica con la pelota lo hace muy divertido, pero hoy en día, factores como la poca interacción con los escenarios, los entornos que resultan sosos y los controles imprecisos no lo favorecen. Si el factor nostálgico te atrae y Glover te encantó en su momento, te animamos a que lo compres.
*Agradecimientos a QUByte Entertainment por proporcionar una clave de PlayStation 5 para realizar este análisis.
