Los videojuegos de gestión son un género atemporal, y ahora Pathea Games se suma a él con su propuesta Let’s School, un simulador con temática escolar que permite gestionar hasta el más mínimo detalle, desde la economía hasta la vida diaria del alumnado y el profesorado.
En Let’s School, el jugador asume el rol de director de un centro educativo en ruinas, sin programa escolar ni recursos, y con la misión de devolverle su prestigio. Deberás planificar clases, diseñar horarios, contratar profesores, organizar exámenes y mejorar las instalaciones. Todo ello con un toque muy personal y con elementos inusuales, como una misteriosa criatura o una máquina que debe calibrarse con precisión.
Let’s School introduce mecánicas propias de gestión
La narrativa plantea que las generaciones anteriores han fracasado al convertir la escuela en una empresa. Ahora es el momento de que el jugador tome el control y le dé un nuevo enfoque, devolviendo el alma al proyecto educativo. Aunque el título no logra superar a referentes como Two Point Campus, sí ofrece una experiencia sólida, entretenida y con personalidad propia.
Desde el principio, el juego te sitúa en un edificio deteriorado, y tu principal tarea será reconstruirlo y hacerlo funcionar. Puedes elegir entre el modo campaña o el modo sandbox, iniciando con recursos limitados y sin empleados, acompañado únicamente de tu asistente. Sin embargo, uno de los principales problemas del título es la falta de tutoriales detallados, lo que puede generar confusión y hacer que el jugador se sienta perdido al principio. A esto se suma una interfaz poco intuitiva y algo caótica, que complica la gestión.
A pesar de ello, Let’s School logra ofrecer una experiencia gratificante a medida que se avanza. Comienzas con un pequeño grupo de estudiantes y unas pocas asignaturas. Conforme pasan los cursos, el sistema se vuelve más complejo y profundo: se amplían los programas académicos, se reclutan nuevos profesores y se introducen múltiples variables que afectan el rendimiento. A través de un árbol de progreso, puedes desbloquear nuevas instalaciones como pistas de atletismo, escenarios, áreas de juego y salas de descanso, lo que añade variedad y profundidad a la partida.
El juego también destaca por su alto nivel de personalización estética. Puedes diseñar el logo de tu escuela, el uniforme de los estudiantes y muchos otros detalles visuales, con una clara influencia japonesa. Aunque esto no afecta directamente a la jugabilidad, sí aporta ese toque distintivo que tanto gusta en los títulos de simulación.
El sistema de construcción, aunque completo y dividido en múltiples categorías —como aulas, baños, oficinas o elementos decorativos—, vuelve a tropezar con una interfaz poco precisa que entorpece la selección de objetos. Aun así, lograr un entorno luminoso y confortable influye positivamente en el desempeño de alumnos y profesores. También hay actividades extraescolares como excursiones fuera de la ciudad, lo que añade variedad al desarrollo.v Hacer mención especial a Meridiem, quien trae en formato físico este título.
En conclusión
Let’s School es un juego de gestión accesible para todo tipo de jugadores, pero con la suficiente profundidad como para mantener el interés durante muchas horas. Su enfoque educativo, su estética única y algunas ideas propias lo convierten en una propuesta divertida, aunque sufre por una interfaz mejorable y una curva de aprendizaje poco guiada. Si buscas un simulador escolar diferente, este título puede ser una grata sorpresa.
*Agradecimientos a Meridiem por proporcionar una clave de Nintendo Switch para realizar este análisis.