Dynasty Warriors: Origins es una de las sagas que ha acompañado a las diversas generaciones de consolas trayendo un musou con una esencia única. Con centenares de soldados a los que enfrentarte, zonas que explorar y visitar con un toque de estrategia son las claves de una saga que definió un género. Esta franquicia ha ido decayendo con el paso de los años y Dynasty Warriors 9 no salió bien parado tanto en críticas como en ventas. Dynasty Warriors: Origins es un spin-off con el que Koei Tecmo quiere reiniciar la franquicia y dar un mejor sabor de boca a los fans.
El romance de los Tres Reinos fue la base de Dynasty Warriors donde los reinados Shu, Wu y Wei en China se encuentran en guerra. Durante este periodo muchos guerreros notables causaron un gran impacto. Muchos eran los guerreros que podíamos seleccionar pero en esta ocasión se asume el papel de uno en concreto que recibe el nombre de Ziluan. Nuestro protagonista sufre de amnesia y no conoce cual es su propósito y por qué lucha. Será labor de los jugadores descubrir su historia mientras se dominan armas y se derrotan a guerreros legendarios.
Dynasty Warriors: Origins nos pone en el papel de Ziluan
Una de las peculiaridades de Ziluan son sus habilidades que transcienden lo sobrenatural. El dominio del viento es una de ella y es una clara ventaja durante el juego dado que permite ver a vista de pájaro el campo de batalla y ver la opción estratégica que mejor convenga. También se permite controlar a un pelotón de soldados propio, por lo que sumado a la habilidad mencionada anteriormente se dirigirá de forma más sencillo. Algo que podría no gustar a los más veteranos de la saga es la opción de controlar a un único personaje, a pesar de que en momentos concretos asumamos el papel de alguno distinto.
Dynasty Warrios 9 fue un precursor en términos jugables de lo que vemos con Dynasty Warriors: Origins. Tenemos unos combates con unas bases musou bien asentadas, con un único personaje y múltiples armas a nuestra disposición como son las espadas, lanzas y hachas entre otras. Cada una de estas gana experiencia y experimenta subidas de nivel, facilitando combos más largas y habilidades concretas. Por cada una de estas se desbloquean además las artes, más movimientos que ir aplicando a tu estilo de juego. Un buen equilibrio sumando estas será clave para salir victorioso.
Otro punto es que su jugabilidad es más profunda que en entregas anterior. Tenemos ataques sencillos, especiales que pueden cargarse y uno museo, además de las artes. Estos mismos se aplican tanto al protagonista como a los rivales, algo que veremos con un brillo naranja y la posibilidad de contrarrestarlos. De esta forma, se realizará un parry con el que contraatacar con varios ataques seguidos. La jugabilidad es divertida y en algunos aspectos recuerda a títulos como Sekiro, del que se han adaptado algunas de sus ideas.
Lo bueno que tiene en cuanto a términos de acción lo pierda en su parte estratégica, siendo más limitados. Las artes de batalla son un buen añadido pero las facilidades que otorga la quita ese toque digno de la franquicia. En cuanto a sus fases el jugador cruzará gran parte del mapa de China con fases de mayor y menor nivel, otras a gran escala y zonas en las que aprovechar para recolectar recursos y mejorar las armas. Ese cambio de aires sienta bien al ritmo de partida y aunque pause un poco las cosas, es de agradecer.
Las batallas de mayores dimensiones han ganado mucho en términos de espectacularidad donde cientos de soldados de un bando y otro lucharán y en las que habrá que derrotar al máximo número para irse abriendo paso. La inmersión en estas es impresionante, teniendo muchos efectos sonoros donde los gritos y vítores de las facciones, el silbido de las flechas y armas impactando proporcionan una gran experiencia. Por otra parte, mencionar lo trabajado de sus CGI y diálogos en los que Ziluan y guerreros más importantes interactúan. La duración de Dynasty Warriors Origins es extensa, rondando 30 horas aproximadamente completar la historia principal. A esto hay que sumar los capítulos post juego y la posibilidad de rejugarlo con un nivel extra de dificultad.
En materia técnica haremos hincapié en sus varios modos gráficos. Calidad con una resolución 4K, Rendimiento con resoluciones 1440p y 1800p con 4K nativo en PlayStation 5 Pro. En este último sistema destaca la presencia de 40, 80 y 120 FPS, no siendo muy recomendable la más potente dado que tiene a caídas de imágenes por segundo. En Rendimiento se obtienen 60 FPS siendo la opción más recomendable para disfrutar del título. La estética de los personajes y la buena ambientación convierte a este título en un juego que sumerge desde el primer minuto y que mete de lleno en el campo de batalla.
En conclusión
Dynasty Warriors: Origins viene para borrar el legado de su novena entrega y demostrar que la franquicia todavía tiene ideas y recorrido. Los niveles son muy variados, la cantidad de objetivos bastante amplia, su música a golpe de guitarra y temas más tranquilos y sobre todo su realismo lo hacen un buen título. Sin embargo, la excesiva acción y pérdida del concepto de musou podría plantear la compra de algunos jugadores.
*Agradecimientos a Plaion por proporcionar una clave de Xbox Series para realizar este análisis.