Muchos jugadores esperan con ansias el lanzamiento de Nintendo Switch 2, pero Nintendo sigue ampliando el catálogo de la consola actual para amenizar la espera. Una de sus franquicias más importantes y un título lanzado originalmente en Wii U regresan con una versión mejorada: Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition. Con este relanzamiento, la saga completa estará disponible en un único sistema. Este spin-off se diferencia bastante de la serie principal, pero ¿cumplirá con las expectativas de los jugadores? Te lo contamos a continuación.
La trama principal de Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition nos sumerge en un planeta al borde del colapso, devastado tras una guerra intergaláctica contra una raza alienígena. Algunos humanos logran escapar a bordo de la nave USS White Whale con la esperanza de colonizar un nuevo mundo y asegurar la supervivencia de la humanidad. Sin embargo, la nave se estrella en el planeta Mira, donde los alienígenas buscan completar el exterminio.
El protagonista, uno de los pasajeros de la nave, se alista como soldado para proteger la colonia y encontrar una solución que garantice el futuro de la humanidad. No será una tarea fácil, ya que las especies de Mira no son nada amigables. La historia, llena de giros argumentales y escenas bien ejecutadas, resulta inmersiva e interesante. Además, en esta edición definitiva se ha añadido una trama adicional que se desbloquea tras finalizar el juego, ofreciendo un nuevo desafío y un final extendido.
Uno de los aspectos más atractivos del juego es la interacción con los distintos personajes, cada uno con su propio trasfondo y personalidad. Dependiendo de las decisiones tomadas en los diálogos, se profundiza más en sus historias. A diferencia de la serie principal, Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition presenta una ambientación más centrada en la ciencia ficción, alejándose del tono de fantasía de otros títulos de la saga.
Exploración y mejoras jugables
La exploración del planeta Mira es el eje central del juego, con la primera misión enfocada en construir una base. El planeta está dividido en distintas áreas, cada una con secretos, recursos y peligros. Siguiendo el estilo de la franquicia, encontramos vastas zonas abiertas repletas de detalles y elementos por descubrir. A medida que se explora, se desbloquean viajes rápidos, recursos para mejorar armas y atuendos. Un cambio respecto a la versión de Wii U es la ubicación del mapa, ahora accesible desde el menú mediante un botón, una decisión lógica al no contar con la doble pantalla del GamePad.
Uno de los problemas que no se ha corregido es el ritmo del juego. A diferencia de otros títulos de la saga, en los que se puede acceder libremente a misiones secundarias, aquí es obligatorio cumplir ciertos requisitos antes de continuar con la historia principal. Esto puede resultar frustrante en momentos clave de la narrativa, ya que obliga a completar objetivos secundarios antes de avanzar. Además, algunas de estas misiones carecen de interés, al limitarse a la recolección de objetos o la eliminación de enemigos. A pesar de ello, el mundo abierto y su diseño compensan en gran parte estas limitaciones.
Mejoras en su sistema de combate
Los enfrentamientos contra enemigos son otro de los pilares de la jugabilidad. En esta edición, el sistema de combate ha sido mejorado para asemejarse más a los Xenoblade principales. Durante la batalla, el personaje ataca automáticamente con su arma equipada, y se pueden alternar habilidades especiales que infligen mayor daño o aplican efectos a los enemigos. Además, el protagonista cuenta con el apoyo de compañeros, cada uno con armas y habilidades personalizables, lo que permite múltiples combinaciones estratégicas.
Uno de los puntos más criticados en la versión original fue su interfaz, con una fuente de texto demasiado pequeña y un tutorial escueto. Nintendo ha trabajado en mejorar este aspecto: los menús ahora son más claros, el tamaño del texto es más legible y las explicaciones son algo más detalladas. No obstante, los tutoriales siguen siendo algo complejos y pueden resultar confusos para nuevos jugadores. También se han introducido mejoras en la gestión del equipo, permitiendo modificar la composición del grupo sin necesidad de hablar con cada personaje individualmente, y se ha añadido una señalización en las misiones para indicar la dirección a seguir.
El apartado técnico de Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition ha mejorado notablemente, llevando a Nintendo Switch a su límite. La franquicia Xenoblade siempre ha destacado por exprimir el hardware de cada consola, y esta remasterización no es la excepción. El mundo de Mira luce espectacular, con una atmósfera más inmersiva y realista. Los modelos de los personajes han sido completamente rediseñados, con expresiones faciales más detalladas. Además, la iluminación ha sido optimizada, logrando un aspecto más atractivo y vibrante.
El juego alcanza una resolución de 1080p en modo dock y una resolución dinámica de 720p en modo portátil. Sin embargo, todas estas mejoras han tenido un coste: el rendimiento se mantiene en 30 FPS estables, lo que, aunque suficiente, podría haber sido mejor.
En conclusión
Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition introduce numerosas mejoras que permiten disfrutar de esta aventura con una mejor calidad de vida y un apartado técnico renovado. La inclusión de una historia adicional, la optimización de los menús y los cambios en la interfaz hacen que esta remasterización sea una excelente oportunidad para revisitar Mira. Aunque algunos de los problemas del juego original, como el ritmo forzado de ciertas misiones, no han sido solucionados del todo, sigue siendo una experiencia recomendable para los fans de la saga y del género de mundo abierto.
*Agradecimientos a Nintendo por proporcionar una clave de Nintendo Switch para realizar este análisis.