Los videojuegos de mundo abierto ofrecen muchas posibilidades a los jugadores, permitiéndoles explorar a su propio ritmo y priorizar la experiencia que buscan. A menudo, estos títulos presentan un objetivo a largo plazo que se va desgranando con el paso de las horas. Tiny Terry’s Turbo Trip llega con una premisa más sencilla: conducir hasta el espacio.
En el juego, tomamos el papel de Terry, quien vive en un pueblo aburrido donde no existe ningún rastro de crimen. Así, el propio título nos desafía a tomar el vehículo que Terry ha adquirido recientemente y nos abre un auténtico mundo para recorrerlo a nuestro antojo. Para lograr su objetivo de viajar al espacio, deberá recolectar una materia especial que le permite obtener más velocidad. A través de misiones principales, secundarias y estancias ocultas, se irá consiguiendo más turbo hasta alcanzar la meta.
Uno de los aspectos que más sorprende de Tiny Terry’s Turbo Trip es la variedad y entretenimiento de sus misiones secundarias, algo que no siempre capta la atención de los jugadores. Entre ellas, encontramos actividades tan peculiares como practicar yoga o ayudar a un restaurante frente al mar. Todo esto se desarrolla dentro de un marco humorístico y excéntrico, garantizando más de una risa. Este tono se ve reforzado por un diseño de personajes simple y surrealista, que aporta aún más gracia al conjunto.
El pueblo en el que transcurre la historia cuenta con localizaciones interesantes, como la Torre del Cielo, donde Terry cree que podrá alcanzar el espacio. Además, el juego permite experimentar con mecánicas divertidas, como usar pavimentos en laderas para ganar impulso, acelerar a toda velocidad por las carreteras o incluso incrementar la deuda pública con las locuras de Terry. Como es de esperar, incumplir las normas de tráfico es lo habitual, ya que en este peculiar pueblo las reglas sobre lo que es legal o ilegal son bastante diferentes de la realidad. De hecho, por muy alocadas o disparatadas que sean sus acciones, en muchos casos no habrá ningún tipo de consecuencia. Así, Tiny Terry’s Turbo Trip ofrece un sandbox en el que dar rienda suelta a la imaginación y jugar de manera relajada.
En cuanto al apartado técnico, el juego apuesta por un estilo visual sencillo, con un toque humorístico muy particular que puede no ser del gusto de todos. La aventura de Terry transcurre en entornos abiertos y coloridos, lo que contribuye a su atractivo. Sin embargo, su mayor inconveniente es la corta duración: completarlo lleva alrededor de tres horas, aunque este tiempo puede ampliarse si se busca conseguir todo su contenido. Además, en algunas ocasiones los objetos necesarios para avanzar se obtienen de manera demasiado sencilla, reduciendo el desafío.
En conclusión
En definitiva, Tiny Terry’s Turbo Trip es un título con las ideas claras: un sandbox que permite jugar al ritmo que el jugador desee. Su combinación de mecánicas disparatadas, historia humorística y diseño artístico lo convierten en una opción interesante para quienes busquen algo diferente a lo habitual.
*Agradecimientos a Dead Good por proporcionar una clave de PlayStation 5 para realizar este análisis.