Una de las peculiaridades de The Siege and the Sandfox es su original fusión de géneros, que lo desmarca del resto y le permite ofrecer una experiencia diferente. Ya lo vimos el pasado año con Prince of Persia: The Lost Crown, una innovadora mezcla entre las mecánicas clásicas de la franquicia y el género metroidvania. En el caso que nos ocupa, nos encontramos con una reinterpretación del metroidvania que incorpora movimientos de parkour para enriquecer su propuesta jugable.
Desde el primer momento, The Siege and the Sandfox evoca al Prince of Persia original: niveles de plataformas en los que la precisión es clave, enemigos que debemos esquivar y un ritmo rápido para sortear los numerosos peligros que esconde esta aventura. Todo ello, unido a una ambientación de inspiración árabe y sus mazmorras, inevitablemente nos hace recordar a la saga creada por Jordan Mechner.
Una de sus mayores señas de identidad es la fusión del género metroidvania con mecánicas de sigilo, premiando a los jugadores que se ocultan o planifican sus movimientos con antelación para eliminar enemigos o pasar desapercibidos. Desde el primer minuto queda claro que el sigilo es el pilar fundamental del juego, en una historia en la que debemos demostrar nuestra inocencia tras ser acusados del asesinato de un rey. La protagonista deberá moverse entre las sombras, utilizando diversas habilidades para avanzar.
Una de las principales herramientas es una porra con la que puede aturdir a los enemigos, siempre que estos estén distraídos. Sin embargo, no es un recurso que se pueda usar constantemente, ya que algunos enemigos llevan casco y son inmunes a este tipo de ataques, lo que obliga a diseñar una estrategia más elaborada. Pasar desapercibido supone un auténtico desafío, ya que cada paso puede ser escuchado por los enemigos cercanos, quienes acudirán rápidamente a investigar. La inteligencia artificial es notablemente avanzada: no solo intentarán descubrir al jugador, sino que también pueden esconderse en jarrones o cajas para sorprenderlo.
Por otro lado, en las estancias oscuras será necesario utilizar una antorcha que debe encenderse o apagarse estratégicamente para no ser detectados. A medida que progresamos, los escenarios presentan desafíos que fomentan la creatividad a la hora de moverse por ellos sin llamar la atención. Muchas secciones no son especialmente complejas, ya que el reto principal reside en superar las zonas de plataformas con precisión, midiendo bien cada salto.
Esencialmente, The Siege and the Sandfox gira en torno a la idea de evitar ser descubierto; de lo contrario, se pierde la partida. Los acertijos también juegan un papel importante en la aventura, con desafíos basados en plataformas, que exigen realizar saltos precisos y escalar muros para accionar mecanismos o alcanzar zonas concretas. Esto debe hacerse con cuidado, ya que los enemigos cuentan con un campo de visión que puede provocar nuestra detección.
Sobre el papel, la experiencia es sólida, aunque hemos detectado algunos errores relacionados con la precisión de los saltos. Otro inconveniente habitual en muchos metroidvania es la disposición de los puntos de guardado automático, que están demasiado separados entre sí. Además, la IA enemiga puede resultar frustrante en algunas situaciones, ya que tras entrar en estado de alerta, continúan buscando al jugador de forma insistente, sin apenas dejar margen para moverse. Con una futura actualización, estos aspectos podrían pulirse y mejorar significativamente la calidad de vida del juego.
En el apartado técnico, cabe destacar el esmero con el que se han cuidado los detalles: los personajes y escenarios gozan de una notable creatividad, con fondos pixelados que hacen un buen uso de las luces, sombras y la paleta de colores. Las animaciones son correctas, y las físicas en los saltos, aunque puntualmente imprecisas, no empañan la experiencia general. El diseño de las salas y del mapeado está bien planificado, siempre priorizando el sigilo como eje principal.
En conclusión
The Siege and the Sandfox es un videojuego que ha llegado sin hacer mucho ruido, y que a simple vista podría parecer otro metroidvania más, pero que logra destacar gracias a su innovadora mezcla de parkour, plataformas y elementos de sigilo. Es una aventura entretenida que sabrán valorar especialmente los fans del género.
*Agradecimientos a Plaion por proporcionar una clave de PC para realizar este análisis.