Tchia ya dejó muy buenas sensaciones en las consolas de nueva generación y PC. Cuando lo jugamos en estas versiones nos preguntábamos si Nintendo Switch podría moverlo correctamente y en lo cómodo que sería jugarlo en versión portátil. Todo esto junto a una propuesta que en su momento nos resultó más que interesante, bonita y divertida.
El videojuego fue pasado por alto por mucha gente, desapercibido para jugadores y medios y que realmente demostró que lo bueno se encuentra en frascos pequeños. La atmósfera cautivadora, lo pausado de su experiencia y el acceder a una experiencia para desconectar es algo muy diferente a lo visto pero que gustó mucho a los que lo jugaron. Posteriormente lo pudimos ver en servicios como PlayStation Plus y Xbox Game Pass, dándole más protagonismo. Ahora con Nintendo Switch muchos saben lo que van a encontrar, continuando en muy buena forma.
Tchia, al rescate de su padre y una ofrenda a los dioses
Tchia nos traslada a una colonia en medio del Pacífico Sur. Su tribu, los Awaceb, nos recibirá de forma cordial previamente a ponernos a trabajar. Su trama nos pondrá en el papel del mencionado personaje y su padre, Joxu. Tiempo después, hará aparición Pwi Dua, un malvado hombre que invade con su aeronave la isla y diversas criaturas. Tchia tiene la habilidad de poseer criaturas y objetos inanimados para controlarlos temporalmente. Con la desaparición de su padre, Tchia deberá realizar una serie de ofrendas al dio Meavora para traerle de vuelta.
La trama, a pesar de todo lo mencionado anteriormente, nos introduce en una historia cargada de tintes de humor, colorismo y diseños que nos recuerdan en ocasiones a Disney. Todo se entrelaza para darnos la mejor experiencia, conjuntando eficientemente historia, banda sonora y efectos de sonido.
Las mecánicas de Tchia son realmente sencillas y prácticas. Nos ha recordado en muchos momentos a The Legend of Zelda: Breath of the Wild o Tears from the Kingdom, con la esencia clave de «yo me lo guiso, yo me lo como». Mundo abierto, con fases de navegación para conseguir recursos y toda la libertad es algo que encantará a los que entusiasme este tipo de experiencias. Tchia tiene una manta con la que puede sobrevolar todo el mapeado y ayudarnos a encontrar materiales, al mismo tiempo que cuenta con una gran libertad. ¿No puedes llegar sobrevolando? Tienes la posibilidad de aprovechar el vuelo de un pájaro para que este nos impulse un poco más.
Los Maano, enemigos del título, son rivales que deben destruirse con el fuego, por lo que volar y planear ayuda a planificar una estrategia. Durante esta experiencia hay numerosos minijuegos que ayudan a la protagonista a desbloquear habilidades. Por otro lado, se disponen de otros con un interés más lúdico como pueden ser tocar el Ukelele.
Aunque esta premisa tiene muchas cosas buenas también debemos decir que tiene otras negativas como la problemática en cuanto a sus controles, teniendo cierto retardo en algunas ocasiones. Las zonas de colisión no están definidas correctamente en algunos casos. Esto es una traba dado que para un juego de exploración y recolección puede resultar arrastrar este error. Algo que la comunidad ha solicitado en varias ocasiones y no se ha introducido es la inclusión de un mini mapa en pantalla, siendo más lento posicionarte.
En cuanto a la parte técnica, debemos mencionar que al haber sido portado a Nintendo Switch ha perdido algunas de sus características como lo es bajada de sus FPS, teniendo caídas en momentos en los que se albergan múltiples objetos o personajes. Las luces y sombras son correctas, aunque no lucen igual de bien que en consolas de nueva generación, además de haber caído la distancia de dibujado. Por el resto, cuenta con un estilo artístico notable, muy conseguidos en cuanto a colorida y con diseños bien trabajados. Su sonido cuenta con unas notas relajantes y que trasladan de lleno a este mundo.
Tchia es un gran juego, tanto en sus versiones de nueva generación como esta vista en Nintendo Switch. Tiene sus ventajas como poder jugarlo en cualquier lugar y contar con los mismos contenidos que en el resto de ediciones. Desgraciadamente es algo habitual en la consola híbrida de Nintendo la tara del rendimiento, aunque se deja jugar sí que dista de lo visto en otros sistemas.
Esto, junto a ausencias ilógicas como no utilizar el giroscopio de la consola, son algunos de sus problemas. Pese a todo, son más bondades que inconvenientes y Tchia es una gran aventura, divertida, con ritmo pausado y sobre todo contenido.
Agradecimientos a Cosmocover por proporcionar una clave de Nintendo Switch para realizar este análisis.
