Shin Chan: Nevado en Carbónpolis demuestra el compromiso por la comunidad de jugadores. Ya lo hicieron con su primer título, Shin Chan: Mi verano con el Profesor – La semana infinita, un videojuego creado con mucho mimo y que por primera vez nos traía a territorios europeos una aventura en la que moverse con libertad con Shinnosuke.
Años después es cuando ha llegado nuevamente y a nuestro territorio Shin Chan: Nevado en Carbónpolis, donde en esta ocasión tendremos el comienzo de la aventura en la conocida Akita, donde explorar el pueblo natal de los padres de Hiroshi. Ya sea en Nintendo Switch o PC, los jugadores pueden disfrutar de otro título en el que descubrir, investigar y sobre todo compartir momentos con esta divertida familia.
Shin Chan: Nevado en Carbónpolis apuesta por una experiencia pausada y entretenida
Hiroshi Nohara, jefe de sección de la empresa comercial Futaba, tiene un gran negocio entre manos y que le llevara a su Akita natal. Esta vida en la campiña local a parte de ser el lugar perfecto para emprender también es un sitio en el que disfrutar de un viaje veraniego en familia. La tranquilidad, la presencia de insectos que cazar, realización de recados y mucho que descubrir son las principales bazas de Shin Chan: Nevado en Carbónpolis. Esta paz se verá perturbada cuando Nevado desaparece y regresa días después cargado de polvo y suciedad.
Es el momento de descubrir donde ha estado todo este tiempo y la pista esta ligada a un misterioso tren que efectúa parada en lo más profundo del bosque. Su conductor invita a Shinnosuke y Nevado a dirigirse a una misteriosa ciudad que recibe el nombre de Carbónpolis y que no vive sus mejores momentos. Gobernada por puño de hierro, esta ha perdido toda su luz y sus residentes únicamente necesitan ayuda. Es el momento de echar una mano y atender sus peticiones de una manera pausada y relajada.
Las mecánicas jugables residen en dos partes concretas: la primera de ellas en Akita y la segunda en Carbónpolis. En Akita tenemos diversas misiones como ayudar a la científica de la aldea Kazuko, una joven que está cumplimentando una enciclopedia natural donde habrá que cazar insectos, peces y crustáceos. Caza vez que se vea algo por la pantalla, ya sea nadando o sobrevolando, de una manera sencilla podrá cazarse de una forma pausada. Relajarse y desconectar es una de las claves de Shin Chan: Nevado en Carbónpolis, donde dejarse llevar y completar objetivos sencillos.
También tenemos la posibilidad de recolectar todo tipo de hierbas, vegetales o piedras silvestres. Cada vez que se reúnan veremos lo gratificante que es como se va rellenando el álbum y se premiará a aquellos que sean más completistas. A esto tenemos que sumar que Shinnosuke puede unirse con su abuela para crear un jardín en el que cultivar y regar, viendo como todo irá creciendo y del cual nuestro protagonista recibirá alguna que otra propina.
En lo que respecta a Carbónpolis, también tenemos otro tipo de misiones que consisten más en ayudar a toda su población, cambiando la temática de realización de tareas a personas y teniendo un contacto más directo con todos. Esto se resume más en hacer de recadero en los que reunir componentes para poder reparar un ascensor, llevar objetos de un lugar a otro o simplemente comprar un poco de comida. El cambio de un lugar a otro otorga la suficiente variedad y ese factor diferenciador entre la tranquilidad del campo y el ajetro de la ciudad. Los controles son muy sencillos, permitiendo adaptarse a cualquier tipo de jugador y sobre todo algo muy importante: disponemos de un botón para hacer «culito culito».
En materia técnica vemos que se ha utilizado el mismo estilo artístico que su antecesor, optando por el cel-shading, Para proporcionar un aspecto más caricaturesco y ligado al anime se han realizado contornos con una línea oscura de un mayor grosor, ayudando también a generar mejores animaciones y efectos de iluminación. El diseño de sus personajes, escenarios y fondos son notables, así como la personalidad que lucen cada uno de ellos. Es un juego muy bonito en lo artístico y que atrapa tanto por su estética como por las melodías y bandas sonoras.
En conclusión
Shin Chan: Nevado en Carbónpolis es el videojuego que todos esperábamos. Su primera entrega nos sorprendió por la variedad y con esta segunda nos sigue sorprendiendo. La opción de alternar entre una ubicación y otra así como distinguir bien las misiones de cada emplazamiento le da un diseño lógico y bien distribuido. Un título perfecto para desconectar, no pensar y dejarse llevar, algo que disfrutarán sobre todo aquellas personas que tengan días muy ajetreadas y busquen partidas ligeras y relajantes.
Agradecimientos a Jesús Fabre por proporcionar una clave de PC para realizar este análisis.