Muchos recuerdan y añoran los videojuegos de la década de los 2000. Rol puro y duro que, si bien no eran los mejores en lo técnico, ofrecían una jugabilidad pasmosa que maravillaba a los jugadores de compatibles. De esta esencia bebe el título en el que nos centramos hoy: Of Ash and Steel, un juego de rol que introduce elementos al más puro estilo Gothic y aporta sus propias ideas, pero que se ve lastrado en el apartado técnico.
El jugador tomará el papel de Tristán, un cartógrafo que descubre de forma totalmente inesperada una nueva isla llamada Grayshaft. Son pocas las pistas que posee sobre ella, dado que no está documentada. Tras unas horas en este nuevo territorio, se topará con una gran ciudad dividida en tres facciones que luchan por sus intereses. Es aquí donde el jugador tomará las riendas del protagonista y deberá meditar bien cada decisión.
Una de las peculiaridades del juego es la ausencia total de guía: no hay marcadores, pistas ni un mapa funcional. Esto añade dificultad y hace que la jugabilidad sea poco amigable, pudiendo alejar a quienes buscan una experiencia rolera más accesible. Los personajes no jugables, que en este tipo de títulos suelen ofrecer abundantes pistas, aquí ayudan poco y se limitan a animar al usuario a explorar, realizar misiones o encontrar zonas ocultas. Esto genera problemas al intentar desplazarse a ubicaciones desconocidas, llegando a tardar varios minutos en encontrarlas, algo que sería más sencillo con un mapa o algún tipo de indicador.
La narrativa y puesta en escena de Of Ash and Steel es buena, pero su ejecución no lo acompaña. La experiencia te sumerge en su historia y contenidos, pero la falta de guía complica demasiado las cosas. Además, su guion avanza sin rumbo durante varias horas y peca de un tono excesivamente humorístico, haciendo que muchos personajes resulten prácticamente clones entre sí.

En cuanto a sus mecánicas jugables, es donde más brilla. Tristán, al no ser un experto en armas, empieza con un manejo errático. A medida que se derrotan enemigos o se realizan bloqueos y contraataques, el personaje sube de nivel. Con el progreso, es posible mejorar estadísticas como la resistencia, desbloquear nuevos movimientos como bloqueos o esquivas, y acceder a armas más avanzadas. El sistema es bueno pero, al mismo tiempo, demasiado complejo, obligando a combatir constantemente e invertir grandes cantidades de moneda del juego.
En el apartado de mejoras, Of Ash and Steel ofrece numerosos personajes no jugables que, a cambio de oro, proporcionan nuevas habilidades, armas y equipamiento. Sin embargo, algunos sistemas están segmentados en exceso, complicando el progreso. Por ejemplo, la experiencia otorga puntos de habilidad que solo pueden redistribuirse si se dispone de suficiente dinero. También existen entrenadores que permiten mejorar al personaje, siempre y cuando se cumplan sus misiones. Todos los enemigos dejan botín, pudiendo incluir valiosas monedas.

Su sistema de combate, aunque repleto de movimientos y con una buena curva de aprendizaje, no termina de destacar y a veces resulta caótico. Hay una buena selección de armas cuerpo a cuerpo y a distancia, lo que aporta variedad. Además, Tristán puede aprender habilidades mágicas cuyos movimientos requieren muchas horas de juego para desbloquear. Sobre el papel todo suena bien, pero en la práctica nos encontramos con sistemas que funcionan, sí, pero que no resultan gratificantes, haciendo que el progreso se perciba solo tras muchas horas.
Técnicamente, presenta escenarios bien trabajados, especialmente en su iluminación y sus ciclos de día y noche. Su dirección artística bebe de la estética medieval, aunque peca de genérica, y los diseños de personajes están lejos de lo esperable para la actual generación. También se perciben fallos en la sincronización labial, aunque se compensan parcialmente con un buen doblaje en inglés que ayuda a la inmersión. Sin embargo, los diálogos sufren problemas: voces solapadas, líneas demasiado largas e incluso frases que no llegan a escucharse. Su banda sonora es uno de sus puntos fuertes, acompañando de manera sobresaliente cada situación.
En conclusión
Of Ash and Steel es un videojuego que, sobre el papel, presenta buenas ideas, pero estas han sido mal ejecutadas. Ofrece una buena trama, pero se ve frenado por sistemas caóticos y poco gratificantes. Si eres una persona capaz de pasar por alto estos fallos y buscas una experiencia compleja, entonces sí, te lo podemos recomendar.
*Agradecimientos a Sanddbox Strategies por proporcionar una clave de PC para realizar este análisis.