Escuchar hablar de Monster Hunter ya nos deja entrever que estaremos ante un juego de grandes dimensiones, multitud de contenido y sobre todo de calidad. Capcom lanzó varios años uno de sus mayores títulos, Monster Honter World, el cual se actualizó a Iceborne y expandió mucho su experiencia. Hoy os hablamos de Monster Hunter Wilds, que llega con la difícil misión de dejar el listón aún más alto que su antecesor y exprimir al máximo las consolas y PC de nueva generación.
Su historias nos lleva a las Tierras Prohibidas, una zona que ha sido declarada como inhabitable para el Gremio. Tras el encuentro de un infante por esa zona, el papel de Nata como guardiana y nuestro papel como cazador son los principales ingredientes para empezar a jugar. La misión es encontrar a otros guardianes sumergidos en esta zona con un buen número de monstruos que han alterado el ecosistema y con nuevas formas jamás conocidas. Su historia no es de lo más cautivadora pero sí la excusa suficiente para ponernos manos a la obra y comenzar esta esperada cacería.
Monster Hunter Wilds trae una buena selección de criaturas
Desde el primer minuto contamos con una buena cantidad de monstruos a los que hacer frente, con más de treinta en total. Mezclando algunos totalmente nuevos y algunos viejos conocidos, Monster Hunter Wilds ofrece un buen bestiario que se incrementa con el paso de las horas y entreteniendo en todo en momento. Algunos como Un Udra o Xu Wu son esperactulares, así como otros que se irán descubriendo y que mantiene el interés durante horas. Si eres un veterano de la franquicia podemos decir que el título ronda las 30 horas mientras que el jugador principiante no llegará a duplicar esta cantidad, pero si le llevará más tiempo.
Durante la partida hemos echado de menos algunos aspectos que sí pudimos ver en anteriores entregas, como la esencia de criaturas con forma de dragón y que siempre han funcionad o lo rápido que se alcanza un buen nivel en el inventario, algo que a los más expertos no será un gran reto. Es por ello, que Capcom ha diseñado una pequeña base que recibimos desde el lanzamiento y que se espera se amplíe durante los próximos meses con actualizaciones de mayor o pequeña extensión. Se echa de menos algo más de contenido, incluyendo equipamientos o criaturas más exigentes.
Si hablamos de su jugabilidad y mecánicas debemos decir que han sido todo aciertos. Las catorce armas de las que dispone el protagonista han sido renovadas, teniendo usos distintos y más acordes. Los movimientos de ataque, defensa y para esquivar también han sido actualizados, produciendo una experiencia de juego mucho más fluida. Como era de esperar, cada criatura tiene puntos débiles que debe descubrirlo y que hay que encontrar, produciendo espectaculares enfrentamientos a gran escala que exigirán la máxima precisión para atestar un golpe en puntos concretos. Monster Hunter Wilds ha mejorado el sistema de apuntado, dotándolo de mayor precisión. Su sistema de combos también, otorgando cadenas de ataques que hará las delicias a aquellos que les guste combinar ataques uno tras otro.
Otro de los aspectos en los que Monster Hunter Wilds ha puesto la carne en el asador es en su mundo abierto, siendo más espectacular y con más posibilidades. Todas las áreas y zonas se encuentran conectadas por pasillos que hacen las veces de tiempos de carga pero lo suficientemente bien disimulados para no notarlo en ningún momento. Esto hace que el mundo abierto se mantenga de una forma más natural y sin frenar en ningún momento la experiencia del jugador. Hay multitud de flora y fauna repartida por cada zona, además de incluir aproximadamente entre tres y seis criaturas con las que luchar. Otro punto que permanece intacto es el de las guerras territoriales, teniendo enfrentamientos uno a uno y que tras vencer se activará un punto de viaje rápido.
Si todo esto no es suficiente, se introducen mecánicas de cocina donde poder preparar platos en cualquier lugar gracias a una barbacoa portátil. La cantina ha pasado a un segundo plano en un sistema donde habrá que buscar los ingredientes y que son bastante limitados, lo que obliga a explorar cada punto de la zona. Esto es algo que también se producirá en los asentamientos, obligando también a cocinar y no de hacerlo de manera automatizada. No llueve nunca a gusto de todos, creemos que es una buena innovación pero que no debía suprimir a la cantina. Monster Hunter Wilds es un título enorme, con una gran extensión y repleto de detalles que premian a aquellos que gastan más tiempo en la exploración y el coleccionismo.
En materia técnica, debemos mencionar que no se cuenta con un salto gráfico tan grande como el que dio Monster Hunter: World. Aunque se nota que sus texturas, resoluciones y animaciones de enemigos sí que han evolucionado pero realmente no lo suficiente de lo que muchos jugadores exigían. El título incorpora tres modos gráficos: Gráficos, Equilibrado y Rendimiento. Creemos que como se ha puesto la carne en el asado en mecánicas y novedades también se podría haber mejorado el motor del título. Su estilo característico no ha perdido ni un ápice de lo esperado, pero reiterando lo dicho anteriormente, muchos jugadores buscaban algo más.
El modo Gráfico proporciona una resolución 4K con raytracing y 30 FPS estables. Si optamos por el Equilibrado desaparece el trazado de rayos y respetando lo anterior pero con una tasa de 40 FPS. Si finalmente se elige Rendimiento, el juego llega a 60 FPS constantes pero sacrificando algo su calidad en términos como una resolución más baja y perdiendo calidad en las texturas. En este caso, contamos con una alternancia entre el 4K y 1080p, priorizándose en momentos con mayor o menor carga. Sus efectos de iluminación son correctos y es algo que se incrementa cuando el ray tracing permanece activo así como sus detalles, siendo más que notables.
Algo muy importante es la interfaz de usuario, siendo renovada y cuya navegación puede resultar algo confusa en los primeros compases de partida. Hay multitud de menús donde poder encontrar las distintas opciones como online, local o formar un equipo de varios jugadores y luchar juntos. Estos sistemas los pudimos ver en su anterior entrega pero en algunos momentos nos hemos sentido abrumados por tantos menús, algo que Capcom podría haber simplificado y ser menos complejo. Su banda sonora y efectos son espectaculares, algo que es un clásico en la franquicia, teniendo una mención especial para la composición de temas y el mimo que se les ha puesto.
En conclusión
Monster Hunter Wilds asienta las bases que ya propuso la expansión Iceborn y las explota y mejora. Una buena jugabilidad con armas renovadas, más movimientos para tu cazador y una capa más de profundidad lo hacen mucho más ameno. La selección de monstruos incluidos, tanto clásicos como nuevos, ha sido muy acertada, teniendo en cuenta que previsiblemente Capcom añadirá novedades en el futuro mediante actualización. Toda la ambición que se ha volcado en la jugable de pierde en lo técnico, siendo algo más conservador. Monster Hunter Wilds es un juego con mucho recorrido y cuya base es notable.
*Agradecimientos a Plaion por proporcionar una clave de PC para realizar este análisis.