Uno de los videojuegos más curiosos que pudimos ver a finales de 2024 fue Empire of the Ants, un juego cuya estrategia se basaba en la gestión de un hormiguero. Parece que el género y la temática están de moda, ya que Microtopia ha querido seguir sus pasos para ofrecer algo distinto, con un estilo gráfico sencillo y muy interesante en lo que respecta a la jugabilidad. ¡Bienvenido a tu propio hormiguero!
Desde el inicio, habrá que partir completamente de cero, creando la colonia con todos sus detalles. La reina es quien iniciará todo el proceso y el jugador deberá determinar la ubicación del hormiguero, donde se encuentra esta, y esperar a que hagan acto de presencia las primeras obreras para producir y construir. Al principio, se contará con algunos materiales poco útiles y muy destructibles, pero, poco a poco, descubriremos que hacer caminos, bifurcaciones y prepararlo todo para un futuro sostenible es solo el comienzo.
Microtopia: un hormiguero futurista
Las hormigas avanzan a un paso acelerado y, tan pronto como pasen un par de horas, se puede comprobar cómo gradualmente aumentan sus construcciones y establecen cadenas de suministro automáticas. Estas surgen a raíz de las rutas y bifurcaciones que se vayan creando, proporcionando un ciclo que se repite y no concluye. Estas cadenas pueden ajustarse dependiendo de la población disponible, trayendo más o menos recursos según la necesidad. Pero ahí no acaba la cosa, ya que se profundizará en tecnologías como líneas de transporte o minería, permitiendo que las hormigas de mayor edad asuman estas tareas.
Automatizar es la base principal del título, lo que permite posteriormente construir edificios y trasladar a las hormigas pioneras a nuevas ubicaciones para gestionar más recursos y continuar la expansión de la colonia. Por otra parte, existen tareas básicas que habrá que realizar de vez en cuando, como traer polen de flores a la reina, llevar larvas a las incubadoras y, posteriormente, generar más obreras. La reina no solo produce a las futuras generaciones, sino que también genera energía y, una vez alcanzado un punto determinado, se podrá avanzar a una nueva etapa con muchas más mejoras.
Los habitantes de la colonia realizan diversas tareas de investigación, lo cual obliga a criar algunas hormigas especializadas en este campo, conocidas como inventoras. Para ello, habrá que crear un edificio y fusionar dos tipos de hormigas distintas para obtenerlas. Lo mismo ocurre con otros tipos de especies y, conforme la cadena se expanda, mayor será el progreso, permitiendo la construcción de edificios avanzados y más tipos de caminos para optimizar la automatización.
A medida que el desarrollo avanza en Microtopia, se accederá a fábricas donde se procesan los recursos y, al mismo tiempo, se pueden criar hormigas voladoras que funcionan como drones. Expandir la colonia con nuevas actividades y recursos hace que el hormiguero crezca con más fuerza. Sin embargo, el avance en las ramificaciones no siempre es inmediato, ya que en algunos casos se podrá desbloquear un edificio, pero no construirlo debido a la falta de materias primas aún no descubiertas. Al inicio de la partida, se dispone de un área con recursos básicos, pero gracias a sistemas de radares, será posible encontrar hormigueros cercanos a los que se podrá acceder mediante puentes.
Las hormigas en Microtopia son totalmente robóticas y tienen una vida útil. Estas irán envejeciendo, algo que puede apreciarse por el cambio de color, que se va desvaneciendo con el paso del tiempo. Los tipos más comunes duran entre cinco y diez minutos, aunque pueden ser reemplazadas. Este desgaste hace que la reina y las primeras fundadoras de la colonia sean las más longevas, obligando al jugador a reorganizar la estructura constantemente. Un punto interesante es que no solo se puede ver el tiempo de vida de cada hormiga, sino también su función dentro de la colonia. Las más comunes transportan materiales y alimentan a la reina, mientras que otras se encargan de la minería.
Técnicamente, Microtopia tiene un apartado gráfico adecuado para un título de estrategia, destacando por su sencillez y funcionalidad. La cámara es uno de los principales aliados de la experiencia, permitiendo una vista completa del hormiguero desde diferentes ángulos. Gracias a esto, es posible apreciar de un solo vistazo las construcciones y la organización del entorno, evitando que la gestión se vuelva caótica. Los escenarios y personajes presentan un diseño futurista. En cuanto a la banda sonora, no destaca especialmente y se limita a acompañar la experiencia.
En conclusión
Microtopia es un curioso simulador de gestión de hormigas que, de manera simple, explica el funcionamiento de una colonia. Algunas mecánicas pueden parecer confusas al inicio, pero con un poco de lógica se logran estructurar las conexiones y sistemas de minería. Si eres fan del género de la estrategia, te animamos a que lo pruebes.
*Agradecimientos a Jesús Fabre por proporcionar una clave de PC para realizar este análisis.
