Ankama Games, conocidos por haber traído títulos muy reconocidos como Dofus y Wakfu, vuelven a la carga con su nueva producción: Maliki: Poison of the Past. Desarrollan este juego junto a Blue Banshee, en una aventura en la que se juega con el tiempo y se ayuda a que el malvado Poison se haga con el control y destruya la Tierra. Únete a Sand, quien es transportada a Domaine junto a Maliki, en múltiples aventuras donde resolver puzles, luchar contra enemigos y conocer a una gran variedad de personajes.
Maliki: Poison of the Past es la adaptación al videojuego del cómic con el mismo nombre, que mezcla elementos de fantasía y ciencia ficción. Se ha trasladado de forma acertada el conocido webcómic, y hará las delicias de sus fans, además de introducir su historia a quienes no lo conocían. De esta forma, Sand, tras ser atacada, llegará a Domaine, donde junto a Maliki y Fang, deberá luchar en equipo.
Maliki: Poison of the Past: Juega con el tiempo a tu favor
Uno de los puntos más favorables de la trama son los viajes en el tiempo, que generan confusión entre los personajes pero logran una cohesión que funciona muy bien. Esto, unido al descubrimiento de personajes, el aprendizaje de mecánicas como la agricultura o la elaboración de comida para potenciar atributos, y sobre todo la obtención de experiencia, hace de Maliki: Poison of the Past un título entretenido.
La jardinería es uno de los elementos interesantes, aunque algo frustrante al principio. Plantar semillas es de los primeros pasos: se deben crear pequeñas camas de tierra y conectarlas entre sí. Observamos que, en este proceso, el movimiento del personaje y la colocación de las semillas son algo imprecisos, lo que provoca que se ubiquen en lugares aleatorios. Esta tarea requiere aprender cómo se mueve Sand y anticipar sus movimientos para ganar los suficientes puntos de experiencia.
Cocinar junto a Lady es otra mecánica entretenida, que exige recolectar u obtener ingredientes para elaborar platos. Se pueden guardar hasta cuatro recetas a la vez, lo que permite aumentar los atributos de los personajes durante veinte minutos. La artesanía también tiene un peso importante: combinando objetos se obtiene equipamiento con el que infligir más daño de forma temporal. Eso sí, será necesario elegir el adecuado para cada ocasión, ya que algunos enemigos son vulnerables o resistentes a determinados tipos de ataque.
Uno de los puntos fuertes de Maliki: Poison of the Past es su combate por turnos, accesible y entretenido. Contiene elementos clásicos del género, pero aporta sus propias particularidades. Un ejemplo es que Fang actúa como apoyo de Sand a través de un sistema de salud con objetos. Es una mecánica pasiva que impide, por ejemplo, que los personajes sean congelados o sufran ciertas debilidades. A medida que avanza la batalla, se llena un medidor temporal que permite lanzar combos o retroceder en el tiempo para recuperar puntos de vitalidad.
Cuando se realiza un combo, los personajes pueden alinearse con un aliado o un enemigo, produciendo efectos concretos. También existen eventos rápidos que requieren presionar botones para defenderse, lo que obliga a mantenerse atento durante el combate. Al ganar batallas se obtiene experiencia para mejorar técnicas, habilidades ofensivas, defensivas e incluso combinadas. Estas, como ya se mencionó, hacen uso de la línea temporal, por lo que será clave establecer una estrategia.
La variedad de enemigos también es destacable, encontrando siempre jefes o criaturas con diferentes patrones de ataque en cada aldea o escenario. Desde ovejas y plantas hasta enemigos más elaborados, hay una buena diversidad. Sin embargo, un punto negativo es la ausencia de un mapa, lo que dificulta la orientación y hace que el jugador se pierda fácilmente. Esto se compensa parcialmente con Qbee, un pequeño robot-abeja que guía hacia los objetivos, aunque no siempre queda claro a dónde dirigirse.
Además de sus habilidades de combate, cada miembro del equipo cuenta con técnicas propias para resolver puzles. Ya sea retrocediendo o avanzando en el tiempo para mover objetos, o utilizando la fuerza, estos desafíos presentan una dificultad variable y en muchos casos no están bien explicados. A esto se suman algunos errores técnicos que deben ser corregidos por los desarrolladores, como enemigos con inmunidad ilógica o fallos en las colisiones, que impiden avanzar correctamente. Esto obliga a reiniciar el juego en algunas ocasiones, dependiendo de si se alcanzó un punto de guardado cercano.
A nivel técnico, el juego presenta un trabajo artístico muy destacable, alejándose del estilo del webcómic y desarrollando uno propio. Se introducen personajes y entornos tridimensionales que se alternan con ilustraciones en 2D durante los diálogos, mostrando imágenes dinámicas y expresivas. Los escenarios incorporan elementos estéticos propios de la década de los 2000, lo que aporta un aire nostálgico muy particular. Su banda sonora también está muy bien trabajada, diferenciando eficazmente las melodías según la localización del jugador y acompañando la acción de forma eficiente.
En conclusión
En resumen, Maliki: Poison of the Past es un experimento que, sin reinventar la rueda, funciona gracias a sus mecánicas temporales y su efecto mariposa. Cada decisión cuenta y modifica el camino de los protagonistas. Su sistema de combate, apartado técnico y musical resultan sólidos. No obstante, los fallos jugables y errores técnicos empañan la experiencia general. Con algunas actualizaciones, puede convertirse en un título ameno y muy disfrutable tanto para fans del webcómic como para nuevos jugadores.
*Agradecimientos a Ziran por proporcionar una clave de PC para realizar este análisis.