El género de las novelas visuales no se queda atrás. Generación tras generación contamos con numerosas propuestas, un estilo de juego muy popular en el país del sol naciente que llega a nuestro mercado, aunque con frecuencia sin traducir. MAGES, junto a PQube y con edición física de Meridiem, nos trae Iwakura Aria, una obra que ha cosechado muy buenas críticas.
La historia de Iwakura Aria nos sitúa en el Japón de los años 60. La posguerra de la Segunda Guerra Mundial ha dejado una huella imborrable en el país y en su ciudadanía. Ichiko Kitagawa lo ha perdido todo y ha pasado por orfanatos y hogares de acogida que llegan a ser peores que los propios conflictos. Harta de esa vida, sueña con un futuro mejor; su destino cambia cuando un noble adinerado adquiere uno de sus cuadros y la contrata como criada.
Un misterio que envuelve a la familia Iwakura
Como indica el título, Ichiko parte hacia la finca de los Iwakura, un lugar de ensueño con un enorme jardín, amplias estancias y mucha tranquilidad. Allí, como única criada, debe mantenerlo todo limpio y ordenado, junto al cocinero y al jardinero que la acompañan en el día a día. A sus tareas se suman los cuidados de Aria, hija del noble Amane Iwakura, quien ofreció el trabajo a Ichiko. Aria, de la misma edad que Ichiko, padece múltiples problemas de salud que la mantienen postrada y solo asiste a eventos puntuales. Todo parece ir bien, pero… ¿quién es realmente esta familia?, ¿qué secretos oculta?, ¿por qué se escuchan escalofriantes ruidos nocturnos?
La trama entrelaza el pasado y el presente de Ichiko con los miembros de la familia Iwakura, así como con los trabajadores y habitantes de la casa. Como buena novela visual, todo se presenta mediante escenas estáticas y abundantes diálogos que mantienen el suspense y aportan pistas. La falsa sensación de seguridad, unida a los conflictos de los Iwakura y de Aria, aporta profundidad y mantiene el interés de principio a fin.

La interacción sigue las convenciones del género: Iwakura Aria incorpora un sistema de decisiones a lo largo de la aventura y momentos de exploración para reunir pistas. No obstante, estos elementos no tienen un impacto real en el desarrollo y algunas elecciones no resultan del todo claras. La relación entre Ichiko y Aria introduce elementos del género yuri, con dudas sobre la orientación y el primer amor; tratándose de los años sesenta, el mundo interior de la protagonista se muestra especialmente complejo para la época.
Una conseguida atmósfera japonesa
La atmósfera evoluciona con acierto: desde la melancolía inicial de Ichiko hasta la tensión que transforma lo que parecía idílico. Estos cambios se introducen con sutileza, ofreciendo pasajes inquietantes y un manejo del ritmo que engancha. Cuenta con voces en japonés y actuaciones notables, y textos en inglés, algo que puede dificultar la experiencia a quienes no dominen el idioma.

En el apartado gráfico, destacan ilustraciones de estilo manga ricas en detalles, con personajes trabajados y escenarios de época muy bien recreados. Se combinan artes en color para el desarrollo habitual y, en momentos de tensión, se pasa al blanco y negro, rompiendo la armonía para subrayar que algo importante está ocurriendo.
En conclusión
Iwakura Aria es una novela visual absorbente desde el primer minuto. Su ambientación en los 60, el desarrollo de personajes, la puesta en escena y el doblaje elevan un título muy sólido. Como principal pega, llega íntegramente en inglés, un escollo relevante si no dominas el idioma.
*Agradecimientos a Meridiem por proporcionar una clave de Nintendo Switch para realizar este análisis.