El estudio Epopeia Games continúa sorprendiendo con sus producciones. Ya lo hicieron con su atrevido Mullet Madjack, que analizamos meses atrás, y ahora cambian radicalmente de género con Gaucho and the Grassland, un simulador de granja que introduce conceptos propios para ofrecer una perspectiva diferente dentro del género.
Uno de los elementos más distintivos que ha incorporado la desarrolladora brasileña es la cultura gaucha, el folclore, el misticismo y la gestión rural. Gaucho and the Grassland es fácil de manejar y accesible para todo tipo de jugadores. La partida comienza con un sencillo editor para personalizar al protagonista, quien empezará en una granja de dimensiones reducidas, acompañado de un perro y un caballo.
Gaucho and the Grassland se desmarca del resto de simuladores de granja
Otro aspecto curioso es cómo el juego se desmarca del típico clon de simuladores agrícolas para centrarse en transmitir la esencia cultural de Brasil. Por ejemplo, encontraremos criaturas como el Boitatá, una serpiente protectora de los bosques según el folclore local, que hará acto de presencia ocasional en la granja. Aunque al principio la jugabilidad es la habitual, cuidar la granja y realizar tareas básicas, poco a poco se desbloquean otras zonas como un bosque encantado, donde tendrás la misión de construir una serie de tótems para liberar a la región de todo mal.
Las misiones se asignan mediante un sistema sencillo, visualmente atractivo y claro. Algunas pueden completarse en paralelo, mientras que otras requerirán esperar unas horas, ya sea para usar un material específico o simplemente encontrarlo. Existe un cierto grado de libertad: el juego no obliga a realizar tareas largas y tediosas, pudiendo alternar entre distintas actividades en cualquier momento. Aun así, aparece un factor repetitivo, ya que algunas acciones deben realizarse varias veces. Hay mucho que hacer en Gaucho and the Grassland: desde construir tótems, recolectar artefactos, plantar frutas y verduras, hasta adquirir y cuidar animales. Todo esto dentro de un marco narrativo que acompaña eficazmente a la jugabilidad. También es interesante la posibilidad de mejorar las instalaciones, construyendo nuevas estructuras más grandes y exigentes.
El juego ofrece una buena variedad de recursos para seguir avanzando en la granja y también para defenderla de criaturas místicas. Desde herramientas como machetes, picos y hachas, hasta materiales como hojas, piedras, madera o cuerdas. El perro es un compañero esencial, ya que excava y encuentra objetos clave para progresar. También lo es el caballo, que permite recorrer largas distancias con mayor rapidez.
Una de las peculiaridades más llamativas de su ambientación es que se basa en la Brasil original, concretamente en Río Grande do Sul, una región conocida del país. El estilo artístico es muy característico y personal: personajes caricaturescos sin ojos, muchas veces ocultos bajo grandes sombreros, desde el protagonista hasta los NPCs. La paleta de colores es muy viva, lo que da un encanto especial a sus criaturas sobrenaturales. En términos de rendimiento, a pesar de no ser un juego exigente, se mueve con fluidez y cuenta con animaciones bien trabajadas. Incluye textos en castellano y doblaje en portugués, lo que favorece la inmersión en la historia.
En conclusión
Gaucho and the Grassland se encuentra actualmente en acceso anticipado. Aunque su experiencia inicial puede parecer algo limitada, el título promete ampliarse mediante futuras actualizaciones con más contenido. A día de hoy, ya cuenta con suficientes misiones para pasar un buen rato y, de paso, conocer algo más sobre la cultura gaucha.
*Agradecimientos a Jesús Fabre por proporcionar una clave de PC para realizar este análisis.