La serie Commandos se guarda con mucho cariño en la memoria de los jugadores de PC. Fue una de las primeras franquicias que ayudaron a definir el género de estrategia en tiempo real tal y como lo conocemos hoy en día. Las dos primeras entregas son recordadas con especial admiración, gracias a su impecable apartado técnico y un rendimiento muy sólido incluso en equipos modestos. A lo largo de los años, muchos juegos han intentado seguir su estela, como Desperados o el reciente Tempest Rising, por citar solo algunos. Commandos: Origins es su espera precuela que llega de la mano de Claymore Game Studios.
Hoy en día, el género ha evolucionado, buscando refrescar sus fórmulas. Sin embargo, ese no es el caso del título que nos ocupa: Commandos: Origins. No se trata de un remake, ni de un remaster, ni tampoco de una versión «definitiva». Es una precuela que respeta profundamente la esencia de la saga, pero introduce suficientes cambios como para ofrecer una experiencia nueva. Conserva algunas ubicaciones familiares, pero las misiones son completamente inéditas, las reglas siguen siendo las clásicas, y se ha rebajado ligeramente la exigencia para dar la bienvenida a nuevos jugadores.
Commandos: Origins prpone un sistema cercano tanto para veteranos como recién llegados
A diferencia de muchos títulos actuales que premian con cajas de botín o recompensas inmediatas, Commandos: Origins juega en una liga distinta. No busca enganchar a base de gratificaciones constantes, sino que ofrece una experiencia pausada, estratégica y que se mantiene fiel a sus raíces. A nivel jugable, conserva su estructura clásica, pero ha sido rediseñado para resultar cómodo tanto para veteranos como para novatos. Algo muy de agradecer es la posibilidad de configurar la dificultad y elegir qué elementos de la interfaz quieres tener activos, ajustando así la complejidad de la partida a gusto del jugador.
Su pilar fundamental es la jugabilidad: diriges a un escuadrón de élite en el que cada miembro tiene habilidades únicas, y tu tarea es coordinar sus acciones de forma precisa. La planificación es clave. Ya no basta con saber qué hace cada soldado, ahora también entran en juego factores como el clima o los elementos del entorno, que pueden complicar las misiones si no se tienen en cuenta. Como decíamos, esto no es un remake: es una precuela pensada para respetar hasta el más mínimo detalle del original, pero con todo modernizado.
Las misiones, en su mayoría, siguen el espíritu clásico: algunas duran apenas unos minutos, otras ofrecen caminos alternativos y mayor libertad de acción. Puedes resolverlas con sigilo o liarte a tiros. Ambas opciones son viables, aunque en algunas situaciones una resulta más efectiva que la otra. Aquí influye de nuevo el nivel de dificultad y los elementos activados en pantalla. Por ejemplo, puedes eliminar los marcadores de enemigos y aumentar la inteligencia artificial para que la partida sea un auténtico reto estratégico.
Claymore Game Studios ha optado por mantener los esquemas de control tradicionales para los jugadores veteranos, pero ha incorporado también soporte para mandos, algo fundamental hoy en día. Aun así, el ratón y teclado siguen siendo la forma más precisa y rápida de jugar. El título también destaca por su apuesta por la accesibilidad, con múltiples opciones que lo hacen más inclusivo. La interfaz mantiene su estructura clásica, pero ha sido ampliada con funciones nuevas, sin tocar lo que ya funcionaba perfectamente.
Como buena precuela, Commandos: Origins guarda muchas similitudes con las entregas originales. Las ubicaciones y las misiones son nuevas, pero la conexión narrativa está presente. Aunque el juego está diseñado principalmente para un solo jugador, también se puede disfrutar en cooperativo local o en línea para dos jugadores. A diferencia de los juegos clásicos, que a menudo ofrecían uno o dos caminos posibles, esta entrega propone más libertad: puedes completar los objetivos de muchas formas distintas y elegir cómo afrontar cada situación.
En el apartado técnico, el trabajo del estudio es más que notable. El juego luce bien, con escenarios amplios, bien detallados y cargados de elementos estratégicos. Las animaciones han mejorado en realismo, y todo se ve con claridad tanto desde lejos como haciendo zoom. Los diseños de personajes, uniformes y armamento están bien diferenciados, y cada mapa ofrece condiciones climatológicas distintas, bien implementadas y que afectan al desarrollo de la partida.

Meridiem ha traído a las tiendas una completa edición física
En conclusión
Commandos: Origins no es una revisión del pasado, es un regreso con identidad propia. Se adapta a los tiempos actuales con mejoras notables, pero sin traicionar su esencia. Si te apasionan los RTS y eres fan de la saga Commandos, disfrutarás con esta entrega. Y si es tu primera vez, también es un gran punto de entrada: se ha pensado para que cualquiera pueda iniciarse en este clásico renovado sin sentirse perdido.
*Agradecimientos a Meridiem por proporcionar una clave de PlayStation 5 para realizar este análisis.