La llegada de Battlefield 6 abre una nueva guerra ante su gran rival Call of Duty: Black Ops 7. Tras unos años de ausencia, la saga bajo el sello de EA y DICE vuelve con fuerza, aprendiendo de sus errores y ofreciendo lo que mejor sabe hacer: un FPS con frenetismo, estrategia y una buena historia. Tras Battlefield 2042, la desarrolladora ha tomado nota y ha unido a lo mejor de sus estudios —DICE, Criterion, Ripple Effect y Motive— para traernos una entrega memorable.
Desde el primer momento tenemos una entrega de Battlefield en toda su esencia. Los mapas recuperan su gran extensión, las batallas son numerosas y el caos habitual regresa con fuerza en Battlefield 6. No solo busca volver a sus orígenes, sino que introduce novedades adaptadas a la generación actual, dando la sensación de jugar a un título clásico en su esencia, pero moderno y fluido.
La OTAN se deshace en Battlefield 6
Uno de los primeros puntos a destacar es la vuelta del sistema de clases, con cuatro disponibles: Asalto, Ingeniería, Apoyo y Reconocimiento. Las especializaciones vistas en otras entregas han desaparecido, provocando cambios en la personalización. Ahora se incorporan armas desbloqueables que pueden seleccionarse de forma rápida, manteniendo además un objeto de apoyo específico por clase. Esto lo hace más accesible y simplificado, sin sacrificar variedad en el armamento y facilitando una selección más eficaz.
Ya seas veterano o recién llegado, Battlefield 6 incorpora mejoras importantes en su jugabilidad. El movimiento de los personajes ha ganado en agilidad, con animaciones más fluidas y mayor libertad. Esto facilita adelantarse con un sprint para buscar coberturas, escalar muros o asomarse por pequeños resquicios para disparar. Los francotiradores se benefician de esta movilidad extra, pudiendo mantener posición sin sacrificar salud. También destaca la nueva forma de reanimar compañeros, que permite retroceder con el herido para cubrirse mientras se realiza la acción.
Uno de los puntos fuertes de Battlefield 6 es su campaña principal, ambientada en un futuro cercano y distópico donde la OTAN está al borde de la extinción ante la aparición de una fuerza mercenaria llamada Pax Armata. Los jugadores se integran en la unidad de élite Dagger 13, que trata de descubrir el origen del poder del enemigo. La historia se narra a través de flashbacks durante un interrogatorio, un recurso interesante aunque la trama no sorprende demasiado.

La campaña cuenta con nueve misiones con diversos objetivos, proporcionando unas ocho horas de juego. No es la mejor campaña de la saga, pero cumple gracias a una interesante variedad de misiones, aunque en ocasiones peca de linealidad. Aun así, evita el error típico del género: no funciona como un tutorial del multijugador, sino como una experiencia completa, llena de explosiones, asaltos y escenas espectaculares gracias al motor Frostbite.
Un multijugador que vuelve a sus raíces en búsqueda de equilibrio
En cuanto al multijugador, este regresa con toda su esencia, ofreciendo acción bélica frenética. Desde el lanzamiento contamos con nueve mapas con modos como Conquista, Asalto, Escalada y otras alternativas más reducidas como Dominación, Duelo por Equipos o Rey de la Colina. Conquista y Asalto destacan por integrar vehículos, infantería y un amplio arsenal. Además, el número de jugadores se reduce a 64, lo que evita apelotonamientos y fomenta la estrategia.
No obstante, Battlefield 6 no alcanza la perfección. No consigue equilibrar bien todas las opciones disponibles. En distancias cortas, las escopetas dominan con demasiada facilidad, mientras que los fusiles resultan poco efectivos. En mapas grandes, el uso abusivo de granadas y lanzacohetes por parte de la clase de ingenieros ofrece una ventaja excesiva. El juego necesita ajustes para lograr un mejor equilibrio.

El sistema de progresión es notable: complejo, pero eficaz. Incluye perfiles, niveles por clase, desafíos y recompensas. Los puntos no se obtienen solo por bajas, sino también por acciones de apoyo, reanimaciones o ayuda en la captura de objetivos, permitiendo que cualquier estilo de juego sea válido. Los desbloqueos de armas, aspectos y dispositivos son un incentivo suficiente para fomentar partidas largas y entretenidas.
Donde Battlefield 6 realmente brilla es en su apartado técnico. El motor Frostbite luce en su máximo esplendor con efectos de partículas, iluminación, físicas y sonido muy logrados. Las explosiones levantan polvo, los disparos rompen paredes y los entornos destructibles añaden realismo. La nueva precisión en la conducción de vehículos permite estrategias más variadas y profundas.
En conclusión
En conclusión, Battlefield 6 ha tardado en llegar, pero da el paso al frente que los jugadores esperaban. Es un FPS de nueva generación con multitud de contenido, grandes batallas, un impresionante apartado técnico y un sistema de clases equilibrado. Su campaña es muy entretenida, pero la verdadera esencia del juego se encuentra en su multijugador, frenético y divertido. Battlefield 6 regresa con su mejor versión.
*Agradecimientos a EA por proporcionar una clave de PlayStation 5 para realizar este análisis.