Astor: The Blade of the Monolith es un buen ejemplo de como dar un soplo de aire fresco a un género que lleva muchos años entre nosotros. Hemos mencionado muchas veces que las desarrolladoras y estudios independientes son los que más se arriesgan, innovan y que finalmente salen ganando. El juego que nos centra hoy ha sido desarrollado por C2 Game Studio y que nos trae un RPG con tintes de acción frenética como hemos visto en tándems del género.
Devil May Cry o Bayonetta son dos claras inspiraciones de Astor: The Blade of the Monolith. También su trama se encuentra ante varias influencias, proporcionando la aventura de Astor, un guerrero que busca saber la verdad y lo ocurrido a sus creadores. No irá solo dando que Zan le acompañará en esta aventura. Ambos se pondrán manos a la obra para recorrer un juego que deprende fantasía y una estética muy colorida y llamativa.
Astor: The Blade of the Monolith presenta cuatro armas distintas
La estética y diseños de sus fases son más que acertados. Mapeados en tres dimensiones que tienen muchos puntos que descubrir y elementos en los que interactuar. No han sido construidos al tuntún sino que siguen una estructura más o menos lineal pero que oculta secretos en ellos y premia a quien más explora. Este juego al ser una producción con presupuesto reducido ha sabido aprovechar muy bien sus espacios para hacer que el mundo, a pesar de no ser muy grande, oculte los suficientes recursos.
La mecánica de juego es muy sencilla y desafía a luchar y enfrentarnos a los enemigos que encontremos en nuestro camino a través del frenetismo. Astor dispone de cuatro armas: una espada, unos guantes, una lanza y un martillo. Todas estas tienen su protagonismo a lo largo de la aventura y utilizarlas de forma eficiente nos hará salir indemne de los combates. Como es habitual tenemos ataques ligeros y más rápidos y otros que tardan más en ejecutarse pero que harán un porcentaje mayor de año. Combinarlas en el mejor momento a través de combo hace que muchos enfrentamientos sean pan comido.
Si un arma no te parece suficiente puedes utilizar dos a la vez de cualquiera de estas, combinándolas y descubriendo múltiples efectos con su uso. El límite es la imaginación y creatividad del jugador. Además de esto encontramos movimientos especiales y armas que serán más efectivas para un tipo concreto de enemigo. Esto nos recuerda mucho al sistema de combos que incorporaba Devil May Cry y que a pesar de no tener su misma profundidad sí que tiene la suficiente variedad.
Mecánicas para esquivar y atacar en Astor: The Blade of the Monolith
Un defecto que hayamos en esto es que en los compases finales de la aventura se proporciona una de las armas más fuertes, haciendo que este último tramo sea un camino de rosas. Esto hace que sus fases finales no sean tan desafiantes. Astor: The Blade of the Monolith tiene muchos combates lo que simboliza en que se terminan volviendo repetitivos con el paso de las horas. Pasado el rato ya dominaremos las mecánicas de atacar y esquivar, algo que se repetirá en sus alrededor de diez horas de duración.
Por otro lado, los enemigos que son muchos en cuanto a variedad de diseños estéticos, no lo son en cuanto a movimientos, por lo que tendremos la sensación de combatir con lo mismo todo el tiempo. El sistema de combate también premia al jugador obteniendo bonificaciones, combos y finishers para que el jugador se esmere en crearlos y probarlos. Pese a esto, el sistema es sólido aunque deberían haberse tenido estos detalles en cuanta para garantizar una experiencia más redonda.
Al estar ante una aventura en tres dimensiones también nos enfrentamos ante unos escenarios que son lineales que ayudan a los más novatos a no perderse con facilidad. Algo que no termina de convencer es su sistema de misiones secundarias, las cuales parecen que han sido introducidas para alargar artificialmente el título. Estos fomentan la exploración pero no tienen la suficiente chicha como para relazarlas por interés, sino más como un deber. A esto sumamos también puzles, por lo que Astor: The Blade of the Monolith no da ni un respiro.
La desarrolladora debería haber proporcionado algo más de equilibrio entre las secuencias de acción, exploración y puzle, teniendo muchas más del primer grupo que del reto. También se incluyen algunos desafíos interesantes que retan a realizar objetivos especiales.
Técnicamente contamos con un videojuego que es realmente vistoso, con colores muy llamativos gracias a una paleta azulada en muchos momentos con tonos rojizos y a la inversa. Los personajes han sido desarrollados con acierto, así como sus enemigos, que a pesar de que sean muchos tienen patrones de movimiento similares. El juego tiene un buen rendimiento y no experimenta bajadas de FPS, al igual que incorporar una buena resolución. Una banda sonora que cautiva con orquestaciones instrumentales que ambientan de forma eficiente.
En conclusión
Astor: The Blade of the Monolith es un videojuego que mucho abarca pero poco aprieta en algunos aspectos. Es un buen juego, entretenido en sus primeras horas pero que tiende a repetirse y acabar el juego por inercia. Esta repleto de combates y desafíos, estos segundos no tienen demasiado impacto en la historia y tampoco logran enganchar. Pese a todo, es un título muy entretenido y a tener en cuenta en tu lista de deseos.
Agradecimientos a Plan of Attack por proporcionar una clave de PC para realizar este análisis.