Morbid: The Lords of Ire representa el regreso de la franquicia Morbid tras cuatro años de ausencia. Esta aclamada saga, alabada por la crítica y por los usuarios, contó en su anterior episodio la llegada de los Siete Acólitos. Ahora llega con mecánicas y un estilo de juego totalmente renovado pero conservando el terrorpunk que lo caracteriza.
Los ajustes que se han realizado en Morbid: The Lords of Ire han sido fundamentalmente implementados para que el juego se adapte a lo que se tiene en la actualidad en el género. Estos tienen sus puntos buenos como malos, destacando sus virtudes. Morbid: The Lords of Ire se queda a medias en algunos aspectos ya que mezcla tanto elementos de RPG de acción como soulslike, confundiendo en algunos momentos y desconociendo qué estamos jugando.
Una trama con el objetivo de la venganza
Su trama argumental nos centra en Strive, superviviente de Debron y que parte en búsqueda una nueva tierra donde acabar con los conocidos acólitos. Al ser derrotados por los dioses Gahar se les ha perdido la pista a muchos de ellos pero otros continúan consumando su venganza. Cada uno de estos dominó un reino y creó su propio ejércitos con formas monstruosas al frente. Striver rescata sus legendarias armas para embarcarse en un viaje en el que la oscuridad y la purificación de los reinos son los principales objetivos.
Morbid: The Lords of Ire, como bien indicábamos anteriormente, mezcla elementos de rol y soulslike. Uno de los detalles que más nos ha llamado la atención y que recuerda a los juegos de la década de los 2000 es su cámara, siendo en tercera persona y situándose detras del hombro. Esto marca en un inicio la diferencia ya que este tipo de juegos se descantan más por una vista isométrica.
El escenario se divide el cinco mencionados reinos, cada uno tiene sus propias particularidades y brindan la suficiente variedad para no aburrirnos del juego sencillamente. Estos destacan por estar prácticamente destruidos y lo gráfico en su violencia, por lo que no faltarán cadáveres ensangrentados a cada esquina que visitemos.
Su mecánica jugable es muy sencilla, recorrer estos reinos cumpliendo una serie de misiones principales que recorren la historia y secundarias, que se resumen en acabar con cinco jefes secretos. También destacan la interacción con personajes que encontremos durante la historia, buscar elementos que permiten trasladarse de una zona a otra y mapas que se interconectan. No hablamos de un mundo abierto pero si semi abierto que gracias a la opción de traslado rápido hará un favor a más de un jugador.
Los escenarios de Morbid The Lords of Ire son ricos en contenido
Los escenarios de Morbid: The Lords of Ire han sido muy trabajados, creados con el suficiente ingenio para que no queden zonas vacías. Por ello, en cada rincón habrá con lo que interactuar, ya sea una misión, un enfrentamiento con un enemigo o un NPC. Como bien decíamos, la violencia aguarda a cada esquina y creemos que en algunos momentos es excesivamente explícito. Su ambientación en el siglo de XIX sugieren este tipo de actos pero creemos que llegan a excederse en algunos momentos.
El combate de Morbid: The Lords of Ire es algo limitado pero cumple con lo prometido. Incorporar golpes fuertes y otros débiles mientras se combinan entre ellos y las armas proporcionan una experiencia entretenida. Este puede resultar algo tosco dado que funciona por un sistema de resistencia, limitando algo los movimientos y dando ese plus de estrategia, algo que a los más novatos podría no agradar. Además la resistencia define la cordura del protagonista, todo se oscurece y surgirán los fantasmas de enemigos derrotados para combatir.
Es por ello que el juego obliga a mantener un equilibrio entre atacar y su resistencia. Esto es algo que puede ser aumentado gracias a varios consumibles que lo recuperan de forma efectiva durante unos segundos. Un punto que no termina de gustarnos es que no se tenga ningún árbol de habilidades y mejorarlas, pero si uno por runa que aumenta la fuerza de las armas, agilidad y efectos al impactar con ellas.
Hemos hablado de sus virtudes pero Morbid: The Lords of Ire tiene algunos defectos que lastran la experiencia. El primero de ellos es que su dificultad y su sistema de combate penaliza mucho al jugador, resultando en algunos momentos algo frustrante. La distancia entre los puntos de viaje entre áreas son algo distantes, estando con el peligro constante de perder la vida y volver al inicio. Por otro lado, la poca variedad en cuanto a diseños de enemigos hace que estemos peleando prácticamente con los mismos.
Técnicamente el juego cumple y más tratándose de una producción independiente. Aunque los diseños no sean variados han sido trabajados de forma eficiente, transportándonos a una experiencia sangrienta del puro siglo XIX. Los escenarios son geniales, con muchos elementos dentro de ellos y el tamaño suficiente para integrar todo el contenido y no tener la sensación de que esa zona se encuentra vacía. Las bajas de FPS son frecuentes en el título, sobre todo cuando nos encontramos rodeados de enemigos.
En conclusión
Morbid: The Lords of Ire es un juego que encantará a los fanáticos del género soulslike, ya que se basa más en este que en un título de acción. Es exigente y penaliza mucho al jugador y no tiene profundidad sobre el personaje, lo que limita la experiencia de juego. Sea como fuere, es una alternativa económica y que entretiene.