Nintendo Switch 2 ha recibido de forma inesperada Tomb Raider: Definitive Edition. Las ediciones definitivas o completas son algo muy común en estas fechas y, en este caso, nos trae la primera entrega del reinicio de la franquicia. Esta nueva edición propone a los jugadores de la nueva consola híbrida de Nintendo disfrutar la aventura tanto en televisión como en modo portátil, ofreciendo una soberbia entrega creada originalmente por Crystal Dynamics.
Hablar de Tomb Raider: Definitive Edition es mencionar el primer capítulo de su arriesgado, aunque notable, reinicio que marcó un punto de partida al ofrecer propuestas diferentes. En primer lugar, contamos con una Lara Croft en sus inicios, un personaje inexperto, más frágil y cargado de motivaciones y sueños. Hace ya más de una década que pudimos jugarlo, y ahora es el turno de Nintendo Switch 2 y Nintendo Switch para recuperar estos orígenes con su versión definitiva.
Aparte de su actualización estética, debemos mencionar cómo se comporta el videojuego en la nueva consola. Podemos decir que es un título que ha envejecido bastante bien y que, pese a sus más de diez años, sigue cumpliendo a pesar de algunas limitaciones. Una de ellas es su esquema de control: el sistema de combate, si bien satisfactorio, no refleja los estándares actuales, aunque continúa siendo directo y entretenido. Hay que tener en cuenta que en 2013 no se disponía de las mismas herramientas de desarrollo que hoy, y eso lo limita, pero no es un problema de esta conversión, sino fruto del paso del tiempo.
Otro de los puntos fuertes de Tomb Raider: Definitive Edition es su narrativa, presentando una Lara completamente distinta a la de su saga original. La trama se centra en una joven inexperta que afronta sus primeras misiones, combinando acción con una gran carga dramática que se mantiene a lo largo de toda la historia. De esta forma, no solo derrotamos enemigos y realizamos saltos imposibles, sino que también presenciamos el crecimiento del personaje. Ahora bien, ¿qué novedades introduce esta edición? No ofrece contenido nuevo más allá de lo ya visto en consolas pasadas, pero sí incorpora diversas mejoras de rendimiento y calidad gráfica.

En el apartado técnico encontramos uno de los mayores avances, con un notable salto de calidad en Nintendo Switch 2. La resolución ha aumentado, lo que permite una mayor definición, elimina el efecto de blur y consigue escenarios mucho más realistas y llamativos. Además, destaca el gran equilibrio logrado entre estabilidad de fotogramas y fluidez. Aunque no alcanza los 60 FPS, mantiene una tasa constante que evita ralentizaciones.
En conclusión
Tomb Raider: Definitive Edition demuestra el gran trabajo y esfuerzo dedicados a traer esta aventura de forma consistente a Nintendo Switch 2 y Nintendo Switch. El juego sigue siendo esencialmente el mismo que disfrutamos hace más de una década, pero ahora llega con un interesante lavado de cara y, sobre todo, con la posibilidad de experimentar los primeros pasos de Lara Croft en cualquier lugar.
*Agradecimientos a Sanddbox Strategies por proporcionar una clave de Nintendo Switch para realizar este análisis.