La franquicia Little Nightmares, nacida de Tarsier Studios y Bandai Namco, ha ido evolucionando con el paso de los años, combinando terror y plataformas a partes iguales. Tras un lapso de varios años, regresa con Little Nightmares III, que en esta ocasión llega de la mano de Supermassive Games, estudio responsable de antologías como The Dark Pictures, Until Dawn o The Quarry, entre otros.
El juego nos traslada nuevamente a una terrorífica ubicación: el Limbo, donde dos niños conocidos como Low y Alone son los protagonistas. Low es un infante con una máscara de cuervo y un arco, mientras que Alone tiene trenzas rojas y viste un mono verde mientras sujeta una llave inglesa. La misión de ambos es escapar de este lugar a través de cuatro capítulos en los que habrá que demostrar pericia en puzles y plataformas. A esto se suman enemigos que derrotar, objetos ocultos y desafíos que no harán la tarea sencilla.
Una pesadilla junto a Low y Alone
Una de las mejores características es que no necesitas haber jugado los dos títulos anteriores para comprender la historia, ya que se trata de un capítulo completamente independiente. Ya sea en solitario o en cooperativo online, puedes atravesar sus oscuros y misteriosos niveles. Es una lástima que en esta entrega no se haya apostado por el multijugador local, algo que habría ampliado notablemente las posibilidades de la aventura. El título apuesta por la oscuridad y la narrativa, combinando secuencias de plataformas, puzles, combates y fases en las que hay que huir lo más rápido posible.
La experiencia varía según el modo escogido. Si optas por el modo individual, controlas a un personaje y la consola asume el papel del otro. Esta IA está bien implementada, ya que ayuda en muchas ocasiones, sugiere soluciones a los puzles e incluso realiza tareas para cooperar. Es un enfoque acertado que aporta ritmo a la partida, aunque se echa en falta que no siempre acierte en la resolución conjunta de puzles. También presenta algunos errores puntuales, como quedarse detenida, no responder a las acciones o no seguir al jugador con eficiencia. Estos problemas no suelen ocurrir en multijugador, donde la comunicación entre jugadores permite una experiencia más fluida y resolutiva.
La saga siempre se ha caracterizado por su enfoque cooperativo. En los primeros compases se aprecia una dificultad ajustada de forma amigable: fases de plataformas sencillas, puzles intuitivos que requieren el manejo de ambos personajes y colaboración constante. Por ejemplo, Alone puede usar su llave inglesa para destruir paredes, mientras que Low utiliza su arco para accionar interruptores lejanos. A medida que avanzas, la cosa se complica e introduce objetos nuevos como el paraguas o la linterna: el paraguas sirve para aprovechar corrientes de aire y propulsarse, y la linterna añade profundidad a las mecánicas de sigilo.
La unión hace la fuerza
La colaboración es fundamental: hay que combinar habilidades para salir indemnes de cualquier situación. Por ejemplo, en secuencias de combate Low disparará flechas y Alone se encargará de rematar a los enemigos. Los puzles son el principal ejemplo de esta cooperación; exploran las habilidades de cada personaje y, sin llegar a ser geniales, cumplen con su cometido. Para quienes ya hayan jugado títulos anteriores de la saga, encontrarán una entrega sin demasiadas complicaciones pero con buena profundidad. Esto, junto a un salto técnico notable, dará al jugador lo que busca. Además, cabe destacar la generosidad en los puntos de control, que reduce el tiempo entre reintentos y hace la experiencia menos frustrante.
Otro de los puntos fuertes de Little Nightmares III son sus escenarios lúgubres y sus personajes de formas grotescas, con diseños muy logrados. Los efectos de luz y sombra juegan un papel crucial, creando una atmósfera de tensión en numerosos momentos. El diseño de sonido también está muy trabajado: la banda sonora es magistral y los ruidos ambientales proporcionan sobresaltos en los instantes más inesperados, algo que se aprecia especialmente en las fases de huida.
En conclusión
Little Nightmares III demuestra que, si algo funciona, no conviene cambiarlo drásticamente, sino adaptarlo a los tiempos modernos. Supermassive Games ha hecho un gran trabajo al ofrecer una experiencia que brilla especialmente en cooperativo, compartiendo la oscuridad y la atmósfera tenebrosa con otros jugadores. Si los dos primeros títulos te fascinaron, este no te decepcionará.
*Agradecimientos a Bandai Namco Entertainment por proporcionar una clave de Xbox Series para realizar este análisis.